Luego de 21 meses de trabajo y para coronar el 150 aniversario de la casa relojera, el nuevo Manufakturzentrum de IWC quedó inaugurado en las afueras de la ciudad suiza de Schaffhausen.
“En 1868, nuestro fundador Florentine Ariosto Jones combinó la artesanía relojera tradicional con técnicas de fabricación avanzadas. El nuevo Manufakturzentrum también reúne la artesanía relojera y la tecnología de vanguardia. Este edificio no solo ofrece condiciones inmejorables para la fabricación de relojes sino que también excelentes condiciones de trabajo para los empleados”; explicó Christoph Grainger-Herr, Director Ejecutivo de IWC Schaffhausen y Arquitecto.
Cabe destacar que la empresa además brinda a los visitantes de todo el mundo la oportunidad de conocer de primera mano la elaboración de los movimientos de manufactura y sus cajas. El Manufakturzentrum reúne en un mismo emplazamiento la fabricación de piezas de movimientos, movimientos de manufactura y cajas. De esta manera, permite organizar los procesos de producción con precisión y calidad excepcional. Ahora, la generación de valor desde la materia prima hasta el acabado del movimiento (pasando por todas y cada una de las piezas que lo componen), se dispone en una misma planta y con una secuencia lógica. “Que los puestos de trabajo estén contiguos facilita la comunicación y agiliza la toma de decisiones entre las distintas áreas”, comenta Andreas Voll, Director de Operaciones de IWC. Tras recorrer el vestíbulo de entrada se accede al área de fabricación de piezas para los movimientos, donde se realizan cerca de 1500 piezas. Allí se crean platinas, puentes, masas oscilantes, palancas, muelles o conectores. También se fabrican componentes para complicaciones como calendarios perpetuos, calendario anual o el tourbillon.
Las exigencias de precisión son elevadas porque los relojes mecánicos son dispositivos de filigrana que funcionan gracias a la intervención de cientos de piezas. “Una platina para el calibre 52 debe contar con alrededor de 400 propiedades de geometría tras el proceso de fresado y se debe elaborar con unos niveles de tolerancia mínimos que se mueven en márgenes de pocas milésimas de milímetro”, explica Voll. Por eso la mayoría de los procesos de mecanizado para la fabricación de piezas del movimiento está automatizada. El fresado de la platina del calibre 52 se lleva a cabo con un centro de mecanizado muy moderno. Las piezas de los movimientos reciben las propiedades deseadas en su superficie mediante un proceso de galvanización para protegerlas de la corrosión y darles un acabado estético. El proceso de fabricación es especialmente laborioso cuando las piezas llevan un grabado. Para ello se chapa en oro el puente del barrilete para luego realizar el grabado con una capa de pintura. Una vez decoradas con el motivo Côtes de Genève, las piezas se someten a un baño galvanizado rodeado y se quita de nuevo la pintura remanente. Para terminar, el grabado se resalta con un dorado brillante. Por su parte, el montaje de los mecanismos de manufactura conlleva un trabajo manual minucioso. Gracias al desglose de la manufactura en diversos pasos, es posible emplear un especialista para cada una de las fases. Para que el polvo y la suciedad no afecten los movimientos el montaje se efectúa en una sala blanca con condiciones similares a las que se emplean para fabricar chips informáticos. En el sótano del Manufakturzentrum se encuentra el área de fabricación de cajas donde se da vida a cajas de acero inoxidable, titanio, platino, oro rosa, oro blanco, bronce y novedoso ceratanium. El mecanizado de las piezas en bruto se realiza de manera individual con ayuda de centros de fresado y torneado controlados informáticamente. Después, las cajas se pulen en el proceso de tratamiento de superficies. La limpieza y supervisión finales se vuelven a hacer en el interior de la sala blanca a mano y con sumo cuidado.
El nuevo Manufakturzentrum ofrece excelentes condiciones de trabajo: tiene luz natural y puestos de trabajo ergonómicos. La sostenibilidad está presente en la placa fotovoltaica del tejado, y la utilización del agua (para calentar y enfriar) que procede de captaciones de aguas subterráneas. Además, el sistema de sombra controlado por sensores evita la entrada innecesaria de calor, y la electricidad del edificio proviene de la energía hidráulica suiza. A partir de ahora, quienes visiten el icónico lugar podrán perlar piezas del mecanismo o engastar piedras en mesas equipadas para ello. Esta experiencia les permitirá apreciar cuánta concentración y destreza manual necesitan los especialistas.